Un día escuché a Don Salvador
Álvarez decirle a Don Manuel Dávila: -“Creo que el potro que trae tu hijo anda
mal de los corvejones”-
Entonces fui con Don Sixto
Barrera y le pregunté, que cosas son los corvejones y el me contestó:
-“Los corvejones del caballo
necesitan examinarse con la atención mas escrupulosa pues por pequeños que sean
sus defectos, siempre son muy perjudiciales. El movimiento progresivo del
animal salo se ejecuta por medio de la percusión; la máquina no puede moverse
ni dirigirse hacia adelante sin que las partes del cuarto trasero impeliendo
continuamente las del delantero, las determinen a ello; toda imperfección pues
que las debilite y en especial que disminuya la fuerza y juego del corvejón;
que además por su propia estructura siempre hace mas fuerza y trabaja mas que
las otras partes. Examinemos esta parte:
Forma. El tamaño del corvejón ha de
ser proporcionado al todo de que hacen parte: los pequeños son débiles. Los
corvejones han de ser anchos y llanos.
Fuerza: los corvejones que se vuelven,
que se balancean, que se meten o que se echan afuera cuando el caballo camina,
se llaman corvejones flojos o endebles. También hay caballos que al
andar echan los corvejones hacia afuera. Ni unos ni otros pueden unirse con
facilidad porque hallándose esta parte fuera de la línea le impide esta falta
de dirección poder sostener el peso del animal.
Distancia. Los corvejones que están muy
juntos, cuyas puntas están muy inmediatas o se tocan, constituyen los caballos
que se llaman patojos o zancajosos. No pueden unirse con
facilidad y en el menor descenso o declive del terreno, se cruzan uno con otro
y el cuarto trasero manifiesta ser endeble.
Pliegue o ángulo: si es muy considerable, si la
flexión de esta parte es tal naturalmente, que en el reposo la caña está muy
adelante y debajo del animal, decimos que los corvejones están muy acodados, de lo que resulta una
segunda especie de caballos zancajosos. Está demasiada encorvadura de los
corvejones impide al animal mover esta parte con facilidad. Los pies
posteriores los coloca demasiado cercanos al centro de gravedad y por poco que
el cuarto trasero sea impelido, pasan este punto o centro. De manera que el
caballo conformado así, no puede conservar el exacto equilibrio del que depende
la medida y facilidad en su acción. Este es el origen de la debilidad común a
esta suerte de caballos, pero el vicio es mucho mayor aun si tienen también los riñones y ancas demasiado
largas, etc.
Sustancia: ha de ser seca, y entonces se
dice que los corvejones son bastante enjutos; los carnosos, llenos o gruesos
están expuestos a una multitud de males.
Estos males, además de las hinchazones que
el trabajo excesivo puede ocasionar en ellos y que en los caballos nuevos el
cuidado y descanso pueden evitar, son: el agrión,
la corva, coraza, esparaván, alifafe, variz y grapa”-
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