Un día, me levante temprano con ganas de salir a pasear en mi cuaco, El CAPULÍN pero al sacarlo de su pesebre, note que cojeaba de la pata delantera
derecha, se la revisé, y vi que la herradura estaba floja.
De inmediato fui a la casa de Don Sixto Barrera y le dije lo que mi penco
tenía: “Ay panchío, pobre CAPULÍN, no lo puedes montar así, mi hijo Salvador
tiene un herrero que vive por la salida a Raymundo, el maestro se llama Pascual
Sierra, ahorita que llegue mi hijo Salvador, vayamos a tu casa en su pick up
por tu caballo y se lo llevamos a don Pascual, para que le arregle esa
herradura”
Cuando llego Salvador, nos
fuimos a la casa y de inmediato subimos al CAPULÍN al pick up, y agarramos para
la salida a Raymundo.
Salvador me dijo: “Veo que
al caballo hay que despalmarlo pues le esta saliendo ese problema ahorita, le
voy a pedir a Pascual, que le quite la herradura normal que tiene, y que le
haga la operación de despalme, le coloque una herradura para el despalme, y deberás
dejar descansar a tu cuaco por unos quince días”
Yo me asuste, y le pregunté:
“Oye Salvador ¿Qué es esa operación de despalme?”
“Bueno, se llama despalme a la operación, consistente en quitar la palma
córnea del casco del caballo que está encima de la carnosa. Conviene
realizar el despalme en multitud de enfermedades del casco y de las
extremidades, sobre todo de aquellas que formando materias, no pueden tener
salida libre mientras no se quite la palma o que sea preciso descubrir algún
punto alterado colocado debajo de ella. El despalme puede ser parcial o total,
es decir, se quita parte de la palma o toda ella, según se crea necesario. Es
muy general que los dueños de animales como tú, se asusten al oír la palabra despalme cuando la operación no implica
consecuencias negativas, encontrándose el animal completamente curado pasados
quince días.”
Llegamos a la herrería de
Don Pascual y Salvador después de saludarlo le explicó lo del CAPULÍN, por lo
que el herrero que estaba acostumbrado a ver todos los problemas de las
herraduras de los caballos, procedió a quitarle la herradura que traía y que
despalmara al CAPULÍN.
Después de esa pequeña
operación procedimos a subir al caballo al pick up y regresamos a la casa.
Ni modo, quince días de
descanso para el caballo.
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