martes, 30 de junio de 2015

OJALÁ QUE EL CAPULÍN HUBIERA TENIDO ALAS

Aunque el CAPULÍN fue un caballo prieto, yo leí algo acerca del caballo PEGASO y hasta llegue a soñar que a mi cuaco le salían alas para volar y llegar más rápido al lienzo charro que se encontraba en Gómez Palacio y no esperar a que mi padre enganchara el carrito donde lo transportábamos.



"Pegaso" fue el primer caballo que consiguió estar entre los dioses de la Mitología Griega y tratar de tú a los habitantes del Olimpo.


Pegaso era el caballo de Zeus, el dios soberano y amo del Cielo y la Tierra. 

Según los esquemas de la Mitología el "caballo volador" nació del chorro de sangre que brotó cuando Perseo cortó la cabeza a Medusa y gracias a él pudo libertar el héroe a Andrómeda, la hija del rey de Etiopía, que quiso disputar a las Nereidas el premio de la hermosura y fue atada a una roca para que la devorase un monstruo marino… y que después haría su esposa. 

"Pegaso", creció y vivió sus años de potro en las laderas y los verdes prados del monte Olimpo, morada de los dioses, que estaba situado entre Tesalia y Macedonia, hoy monte Olimbos… y era un bello ejemplar del tipo "sículo", cruce del ario y del persa, de color blanco y gran poderío.

Estaba dotado de alas y volaba por los aires, cuando no corría "como el viento" por la tierra. 

"Pegaso" fue el caballo más rápido que ha existido y el símbolo de la velocidad…como los demuestran los cantos inmortales que en su honor entonaron los poetas de todos los tiempos.

Pero, además, fue también el primer medio de comunicación y transporte que se elevó por los aires.

De ahí las numerosas fábulas que le atribuyeron los griegos y el lugar destacado que ocupa en la mitología y en la historia del caballo.

Aunque no fuese un caballo de carne y hueso. 

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