jueves, 24 de septiembre de 2015

POEMA PARA EL CAPULÍN



Cual caballos desbocados,
mis pensamientos,
en su alocada carrera,
van escribiendo,
erráticas emociones
y sentimientos.

Y yo cabalgo con ellos
o así lo creo,
ilusorias riendas de plata
en mis manos llevo,
creyéndome de su destino
su único dueño.

Y no soy más que un esclavo
que va siguiendo,
en estado de vigilia
como en los sueños,
a un indómito e inquieto
corcel negro.

Hoy me detuve a observarlo
por algún tiempo
solo fui un mudo testigo
de sus movimientos
y de a poco se han calmado
para mi desconcierto.

De la tropilla se ha separado
uno de ellos
y con sus cascos formado
en fugaz destello
interrogante tan vieja
como el universo.

Cuando las sombras me envuelvan
en terciopelo
y con la brisa se vaya
mi ultimo aliento,
¿Por donde andarán galopando
mis pensamientos?

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