viernes, 19 de febrero de 2016

QUE LINDAS SON LAS BODAS CHARRAS

Dieron las once treinta de la mañana, y las campanas de Catedral tocaron la primera llamada para la misa de las doce.

Ese domingo, en la Catedral se celebraba una boda al puro estilo mexicano. Se escucharon los cascos de un caballo tordillo, el cual era montado por un charro vestido de gala, quien al llegar a la entrada del atrio de la Catedral, entró, desmontó, ató al tordillo a la reja y sonando sus espuelas entro en el recinto del templo.

Se dirigió al altar, y se detuvo junto a los reclinatorios que esperaban a los novios, su corazón palpitaba por la emoción de la espera de su prometida.

Faltando cinco minutos para la tercera llamada, se escuchó el acercarse de una carreta.



El sacerdote ya se encontraba en la puerta del templo y vio como de esa carreta bajaba la novia quien era acompañada por su padre, quienes entraron al templo precedido por el cura.



La ceremonia empezó a las doce en punto y todos los invitados tomaron sus asientos. El mariachi acompañó con sus notas los cantos de la misa.

Al final de ella todos los invitados incluyéndome yo acompañamos a la pareja hasta el casino charro que se encuentra junto al lienzo.

Muchos charros como yo fuimos montados hasta el casino, detrás de la carreta donde iban los novios.



Ya en el casino y al son del mariachi, brindamos con un buen tequila reposado por la felicidad de la pareja, y empezó a llegar la barbacoa, el mole y la carnitas.

Empezó el baile y nos retiramos del casino ya entrada la noche. Salud por los novios.





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