Así como la soldadera es la pareja del revolucionario, la CHINA POBLANA es la compañera del
Charro.
Su lujoso traje lleva una falda o “zagalejo” de paño, generalmente
rojo, recamado de lentejuelas con dibujos geométricos, y en el frente el águila
nacional.
La blusa está finamente bordada en el escote con chaquira y porta un rebozo “de bolita”, zapatillas rojas, largas trenzas con listones de colores y ocasionalmente un sombrero de charro.
La blusa está finamente bordada en el escote con chaquira y porta un rebozo “de bolita”, zapatillas rojas, largas trenzas con listones de colores y ocasionalmente un sombrero de charro.
El
origen de la china viene de la época colonial. Ella era en realidad la princesa
Minah, hija de un rey mongol, que fue raptada y luego vendida en Filipinas, de
donde salió en una nao rumbo a la Nueva España.
En
el camino de las costas del Pacífico a la capital, al pasar por la ciudad de
Puebla fue adquirida por una familia española de apellido Soza. Durante su
estancia en Puebla sus trajes exóticos llamaron poderosamente la atención de
las mujeres del pueblo, quienes los copiaron, agregándoles el gusto indígena.
Años más tarde las pulquerías, fondas o refresquerías eran atendidas por
muchachas que portaban ese atrevido y llamativo traje. Hoy en día su fama ha
trascendido las fronteras y en el extranjero, junto con el varonil charro, se
ha convertido en un símbolo de México.
Cuantas veces tuvo el CAPULÍN
la dicha de que alguna compañera de la escaramuza de nuestra asociación fuera
montando a mi penco, en alguna charreada.
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