Ocho son las adelitas que
galopan en el ruedo. Ocho los briosos caballos que ondean su crines al viento. Ocho
los finos jaranos que ornan las trigueñas frentes, y ocho los vistosos moños de femeninos diseños.
Ocho rebozos tejidos en
telares ancestrales. Ocho vestidos que evocan romanticismos de ensueño. Ocho
los pares de botas del estilo “jalisciense”, y ocho argentadas espuelas, que con la luz centellean.
Ocho inteligencias, lúcidas,
ocho voluntades, férreas; ocho pechos en que anidan ocho amores que desvelan. Ocho
evas que sintetizan los valores de mi tierra, y que a su tiempo serán, esposas,
madres, y abuelas.
Ocho las que multiplican las
entradas en los lienzos, pues con sus doce ejercicios hacen un encantamiento. Ocho
en una escaramuza, pero en México, ochocientas,
y otras muchas que cabalgan al norte de la frontera.
y otras muchas que cabalgan al norte de la frontera.
A ti mujer de a caballo:
valerosa y delicada, a ti mujer mexicana: ejemplo de pundonor, yo te canto
fervoroso con suprema admiración. Y si ocho vidas tuviera, ¡en las ocho, te
admirara¡
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