jueves, 31 de diciembre de 2015

ASÍ ME REZABA EL CAPULÍN



Señor que no me corten la Crin ni me pongan aparejo, que no me ensille un catrín ni que me monte un pendejo. 

Que no me peguen al carro, ni me prendan al arado. Yo le sirva a un buen soldado o aun charro que sea cabal, que use riendas y bozal con un perfecto acabado. 

Que no me pongan grupera porque tal vez no convenga. Quien buena grupera tenga la guarde pa' el día del juicio si no es mucho sacrificio, porque se van a escasear y ese día no va a encontrar la grupera que le venga. 

Que no me deje sudado ni me bañe a mediodía necesito el agua fría, la mugre y las garrapatas son mis peores alicatas que yo no le desearía. 

Quiero una caballeriza: mas que camisa y alfombra yo necesito la sombra. Que no me monte borracho será lo que haga más gacho, si de a caballo se nombra. 

Que me trate como a él lo haya tratado su padre, su más querido compadre, su tío, su hermana, su hermano, que demuestre que es humano si hay maltrato es un cobarde. 

Que no me compre un señor que de hombre traiga el disfraz ni me presten a tarugos, que son los que abundan más. 

Ante Dios todo se inclina Señor toda mi oración, es mensaje de ocasión al Deporte Charro Mexicano, bendícelo con tu mano y dale campo de acción

martes, 29 de diciembre de 2015

MI CABALLO BAYO



El Capulín era feliz cuando yo cantaba canciones de caballos como esta...

"Ya no vuelve a su pesebre mi fiel caballo, no vuelve no  ya no relincha de gozo  como cuando alguien lo acaricio  maldita la suerte perra  que un de repente se lo llevo  ahhhh pobre mi caballo bayo  cuanto he llorado cuando él murió. 

Y fue en este mismo tiempo ya van tres años que ayer cumplió cuando una terrible peste es el potrero se lo llevo parece que me llamaba su pataleo me lo anunció ahhh pobre mi caballo bayo cuanto he llorado cuando él partió. 

Ahí me fui como flecha pero en cuantito me le acerque me clavaba sus ojitos como diciendo cúreme usted lanzaba unos mordiscones pero hay recuerdos que me dejo ahhh pobre mi caballo bayo cuanto he llorado cuando el murió. 

Después de un suspiro fuerte como una piedra se endureció y yo con el alma rota  le dije vaya adiós, adiós lo metí en un hoyo grande y al enterrarlo pena me dio ahhh adiós mi caballo bayo cuanto he llorado cuando el murió"