jueves, 29 de mayo de 2014

EL BAYO DE DON MANUEL

Bonito cuaco el de Don Manuel Dávila, un Bayo dorado y tostoneado, bueno pa´las colas, pa´ los piales en el lienzo…



Y cuando Don Salvador Álvarez agarraba el micrófono, y veía a Don Manuelito en el partidero de las colas, empezaba a cantar…




Ya no vuelve a su pesebre 
mi fiel caballo, no vuelve no 
ya no relincha de gozo 
como cuando alguien lo acaricio 
maldita la suerte perra 
que un de repente se lo llevo 
ahhhh pobre mi caballo bayo 
cuanto he llorado cuando el murió. 

y fue en este mismo tiempo 
ya van tres años que ayer cumplió 
cuando una terrible peste 
es el potrero se lo llevo 
parece que me llamaba 
su pataleo me lo anuncio 
ahhh pobre mi caballo bayo 
cuanto he llorado cuando el partió. 

ahí me fui como flecha 
pero en cuantito me le acerque 
me clavaba sus ojitos 
como diciendo cúreme usted 
lanzaba unos mordiscones 
pero hay recuerdos que me dejo 
ahhh pobre mi caballo bayo 
cuanto he llorado cuando el murió. 

después de un suspiro fuerte 
como una piedra se endureció 
y yo con el alma rota 
le dije vaya adiós, adiós 
lo metí en un hoyo grande 
y al enterrarlo pena me dio 
ahhh adiós mi caballo bayo 
cuanto he llorado cuando el murió.

Que lindos recuerdos de esa juventud que ya no volverá, y de mi CAPULÍN que también sabía colear.

martes, 20 de mayo de 2014

CHARRO COMPLETO



CHARRO COMPLETO

Se le llama CHARRO COMPLETO al que en competencia un mismo charro ejecuta todas las suertes demostrando que tiene todas las aptitudes para ser como el nombre lo dice un charro completo hablando en el terreno de cuenta.

CALA DE CABALLO

Consiste en demostrar la rienda “educación” del caballo.




Comienza por dirigir el caballo a galope desde el centro de ruedo hasta el partidero donde una vez puesto en mano el caballo (totalmente quieto viendo al ruedo)  regresara al centro del ruedo a toda velocidad, rayando con las patas o cuartos traseros, sin salirse del cuadro previamente marcado, Posteriormente se coloca en el centro del cuadro para hacer girar al caballo sobre su propio eje teniendo como un mínimo de tres vueltas o lados hacia la izquierda, o lado de montar y otras tres vueltas hacia la derecha, o lado de la garrocha posteriormente y en la misma forma lo hará con los medios lados, para regresar al partidero, cejando al caballo, esto es, haciéndolo caminar hacia atrás y en línea recta, para volver hacia el público a paso tranco, normal y tranquilo. 


PÍALES EN EL LIENZO

Consiste en lazar una yegua de los dos cuartos traseros a un mismo tiempo chorrear a cabeza de silla hasta detener por completo la carrera del animal.



Esta suerte se realiza en el partidero o manga del lienzo,  por la esquina superior izquierda del partidero saldrá una yegua a toda velocidad corriendo paralelo a la pared con rumbo al ruedo, el competidor en suerte se coloca montado en su caballo de manera perpendicular a 4 metros o mas esta distancia se cuenta de la pared a las manos del caballo de distancia donde pasara la yegua, lanzando su lazo con rumbo a las patas o cuartos traseros del animal, si logra lazar las dos patas chorreara amarrara su soga en la cabeza de la silla hasta detener por completo la carrera de la yegua, en esta suerte, tiene 3 oportunidades para conseguir su cometido cambiando de lugar a lo largo del partidero en cada intento.


COLAS

Consiste en seguir y derribar un novillo en un terreno  máximo de 60 metros




Se realiza desde el fondo del partidero, el Charro aguarda la salida del novillo para después emprender la carrera en paralelo, El Charro se agacha, agarra la cola del toro y corriendo la mano sobre la cola hasta la mota, alza la pierna derecha y se balancea para enredarla en la espinilla bajando la mano hasta el tobillo, al mismo tiempo abre su caballo formando con el toro un ángulo de 45 grados aproximadamente y sacando fuerte al caballo, da el jalón para derribar al animal, el novillo debe ser derribado en los 60 metros que tiene el partidero para que pueda acumular puntos para su equipo.  

Esta actividad en los tiempo campiranos se empleaba para derribar los toros restándole fuerza y proceder a jinetearlo ya de caído, todo con el fin de manejar al ganado (Herrarlo, Curarlo, etc.).  
JINETEADA DE TORO

Consiste en quitarle lo bravo a un toro montándolo hasta que no repare más



En esta suerte el charro demuestra, garra, valor y honor al “domar” por nombrarle de alguna manera a una animal bruto, la suerte comienza con un toro encerrado en un cajón, donde se procede a pretalarlo con la ayuda de sus compañeros cintillo sobre su lomo de donde se sostiene el charro, para después abrir la puerta y ver que suerte le toca, el Charro deberá quedarse en los lomos del animal y aguantar todos los reparos sin caer. Quitar el pretal y bajar del animal. 

MANGANAS A PIE

Consiste en ejecutar el arte del floreo de reata, lazar las manos de la yegua corriendo alrededor del ruedo y culminar derribándola



Esta suerte se celebra a ruedo cerrado, la integran 3 arreadores y un manganeador este ultimo esta a pie como lo nombra la suerte. El trabajo de sus compañeros es pasarle la yegua por todo alrededor del ruedo mientras que el manganeador  se colocara a una distancia de 4 metros frente a la pared, este floreara la reata tratando de bonificar la mayor cantidad de puntos para su equipo, al pasar la yegua por el frente del manganeador este rematara su reata con mira a lazar las manos de la yegua, chorrear a cuadril y derribarla. Existe también la modalidad de derribar con el tirón del horcado, el charro se amarra del cuello de donde sostiene el tirón hasta derribar la yegua.
Las tres oportunidades que tiene el Charro, deberán ser rematadas en forma distinta. Tendrá puntos adicionales cuando lo haga en forma especial desdén, de espaldas, rodada contraría, contra mascara, etc.
MANGANAS A CABALLO


Esta suerte es idéntica a la anterior, pero el manganeador ejecuta montado en su caballo y derriba chorreando a cabeza de silla.  




PASO DE LA MUERTE

Consiste en arrancar los suspiros del público, y saltar de un caballo manso a una yegua bruta todo esto corriendo alrededor del ruedo. 



Esta difícil suerte necesita gran pericia, el Charro sigue a una yegua en el ruedo, la cual se hace pasar a toda velocidad, para que el Charro se le empareje, pasándose de su caballo (manso) a la yegua en suerte (bruta), para después aguantarle los reparos sosteniéndose solamente de las greñas de la yegua hasta que esta se detenga. El Charro tendrá solo 2 vueltas al ruedo para ejecutarla y no deberá caerse para que el charro bonifique puntos a su causa.

CABALLO PRIETO AZABACHE



Con esta canción siempre he recordado al Capulín mi prieto azabache, mi caballo amigo…


Caballo prieto azabache, 
como olvidarte te debo la vida. 

Cuando iban a fusilarme, 
las fuerzas leales de Pancho Villa. 

Fue aquella noche nublada, 
una avanzada me sorprendioooo. 

Y...después de... de...sar...marme, 
fui condenado al paredón. 

Ya cuando estuve en capilla, 
le dijo villa a su asistente, 
me apartas ese caballo 
por educado y obediente. 

Sabia que no iba a escaparme, 
solo pensaba en mi salvación, 
Y...tu mi prie...to..a..za..bache 
también pensaste igual que yo. 

Recuerdo que me dijeron 
pide un deseo pa' justiciarte 
yo quiero morir monta'o en mi caballo 
prieto azabache. 

Y cuando en ti me montaron 
y prepararon, la ejecucución, 
mi...voz...de man...do..es..peraste 
te abalanzaste sobre el pelotón. 

Con tres balazos de máuser, 
corriste azabache, salvando mi vida, 
lo que tú hiciste conmigo 
caballo amigo no se me olvida. 

No pude salvar la tuya, 
y la amargura me hace llorar, 
por eso prie...to a..za...bache, 
no he de olvidarte nunca jamás.

jueves, 15 de mayo de 2014

LOS INICIOS DE LA CHARRERÍA




La peculiar figura del charro mexicano es un símbolo de nuestra mexicanidad. 

Desde una perspectiva, histórica, la figura del charro mexicano, se remonta a la época de la colonia, cuando se originaron las haciendas de economía mixta, agrícola-ganadera, conocidas como estancias o ranchos. 

Sin embargo el primer contacto de los pobladores indígenas de América con el caballo, animal de cuatro largas patas, empleado como medio de transporte, se remonta a la época de la conquista.

En 1519, Hernán Cortés originario de Extremadura, España zarpó con su flota, proveniente de Cuba decidido a emprender la conquista de México. 

Llevaba bajo sus órdenes menos de 700 hombres entre marinería y soldados. 

Cuando la expedición llegó a México en abril, las tribus del litoral, sometidas a los aztecas, acogieron a Cortés como libertador, identificándolo como Quetzalcóatl, el dios rubio, de piel clara y ojos azules, que según la leyenda había de regresar en su ayuda, procedente del mar. 
Al desembarcar, los conquistadores españoles traían consigo 14 caballos a quienes los habitantes indígenas confundieron como caballo y jinete en un solo ser. Fueron tomados por monstruos, ya que los indígenas no conocían semejante animal. 

Las armaduras, los cañones y los fusiles contribuyeron a la convicción de que Cortés y sus hombres eran seres superiores, declarándose la población indígena en sumisión. 

Con las huestes del extremeño llegaron 16 caballos que en Tabasco hicieron por primera vez su aparición bélica con 'pretales y cascabeles', mostrando el arte de montar a los aborígenes. 

Bernal Díaz del Castillo, conquistador y hombre de campo, entendido en equinos, supo relacionarlos con los nombres de sus dueños.

“Un caballo zaíno, una yegua alazana muy buena, de juego y de carrera; una yegua rucia de buena carrera y muy poderosa, un caballo castaño oscuro muy bueno y gran corredor, un caballo overo, labrado de las manos y era bien revuelto; un caballo overo, algo sobre morcillo”
Hasta 1619, los caballos estaban prohibidos para los indígenas y los criollos, aún cuando ellos fueran descendientes de reyes.

Conocido es que la legislación europea fue inflexible para castigar a los infractores hasta con la pena de muerte. 

Sin embargo, los indios y los mestizos tenían que ocuparse del cuidado de todos los animales y como los caballos estaban en libertad, había que lazarlos, jinetearlos y amansarlos con la reata. 

Fue así como Don Antonio de Mendoza, primer virrey de la Nueva España, (1535-1550) se vio obligado a otorgar permisos para que los indios montaran, pues había que defender la tierra y cuidar el ganado.

En 1619, el virrey Luis de Tovar Godínez otorgó el primer permiso escrito para que 20 indígenas en la Hacienda de San Javier, Pachuca, actual capital de Hidalgo, pudieran montar libremente caballos con silla, freno y espuelas. 

Las necesidades rurales variaron las circunstancias, pues se precisó de la ayuda de los aborígenes para la guerra y los servicios rurales. 

Dentro de los precursores de la Charrería en México, se reconoce a Sebastián de Aparicio (1502-1602).

Sebastián llegó a la Nueva España en 1532, desempeñándose como carretero y constructor de caminos. 

Más tarde, adquirió una hacienda en Puebla dedicándose a la ganadería y la agricultura, así como amansador e instructor de actividades relacionadas con la domesticación y aprovechamiento de las bestias para el tiro, la carga y la silla. 

Sebastián de Aparicio, murió en su hacienda de Puebla en 1602.