jueves, 4 de septiembre de 2014

REFRANES DE CHARROS



Por oír misa y dar cebada, no se pierde la jornada. 

Gallo, caballo y mujer, por su raza has de escoger. 

Al que anda en caballo bayo, o le roban la mujer o acaso lo parte un rayo. 

Caballo Moro, ni de oro. 

En cuaco moro, ni pases agua, ni esperes toro. 

Moro, si sale bueno vale un tesoro. 

A dos garrochas no hay toro valiente. 

Caballo al caballero; para el mulato, mula y para el indio, el burro. 

Ten en tu casa perritos, y te casaran conejos; pero para andar a gusto, ensilla caballos viejos. 

Se ensilla como en Castilla; primero poniendo el freno y hasta después la silla. 

No compres caballo, enfermo creyendo que ha de sanar; que los sanos han de enfermar. 

Charro sin sarape, ni espuelas, ni cuarta, mal rayo lo parta. 

El caballo y la mujer, al ojo se han de tener. 

Para colear, arcion corta; para el pueblo, arcion mediana; y para el camino, larga. 

Espuelas de las mejores para el caballo mejor, pero en mejores tacones. 

Casa y potro, que lo haga otro. 

El agua con todo y brida; la cebada con silla. 

Andando en el campo llano, como quiera el cristiano; pero subiendo la cuesta, como quiera la bestia. 

Y al que no le cuadre el fuste, que lo tire y monte en pelo. 

Mula que dice no paso y mujer que dice me caso, la mula no pasa, y la mujer se casa. 

Para lazar y no mancar, ni una ni más de dos amarrar. 

Cuando el arriero es malo, le echa la culpa al macho. 

En las subidas no me toquéis; ni el las bajadas me galopéis; cuando en el llano, lo que gustéis; pero en la cuadra, no me olvidéis. 

Para el hambre la cemita; para las tunas el gancho; para la mexicanita un hombre de sombrero ancho. 

Cuando el tiempo nos ayuda, los secos troncos retoñan. 

El carbón que ha sido lumbre, con facilidad se enciende. 

Quien tenga hacienda y que no la atienda, no tiene hacienda aunque así lo crea. 

Gallo fino y pendenciero, canta hasta en el basurero. 

Alazán del alma mía, en ti sueño noche y día. 

El que presta la mujer para bailar, la pistola para disparar, y el caballo para colear, no tiene que reclamar. 

El que quiera ser buen charro, poco plato y menos jarro. 

Sin espuelas ni freno, no hay caballo bueno. 

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