sábado, 24 de septiembre de 2011

CUANDO IBA A LA CUEVA DE LAS IGLESIAS






Sobre la carretera que va de Lerdo a Cuéncame y continua hasta Durango, antes de llegar a los parajes de La Loma y La Goma, se ve a lo lejos por el lado derecho de la carretra, un gran peñón que tiene una gran cueva, la que lleva por nombre de "CUEVA DE LAS IGLESIAS" para entrar a esta cueva, al pie del peñón se inicia una vereda que va subiendo poco a poco hasta llegar a la entrada de la cueva (observar como sube la vereda hacia la cueva). De la carretra hasta la base del peñón son unos quince kilómetros, los cuales, para cabalgar sobre mi Capulín era cosa fácil. Muchas veces hice grandes recorridos a caballo montado en mi cuaco. Para hacer este viaje, tenía que salir muy temprano, por lo que le pedía a mi mamá que me preparara un lunch para la comida, con él hacía un morralito que amarraba junto con un cantimplora de agua a las cantinas de la silla. Salía con rumbo a la Goma y en Raymundo tomaba la orilla derecha del río Nazas hasta llegar cerca de la Goma y de ahí tomar rumbo a la cueva. Como les digo son cerca de quince kilómetros hasta llegar al pie de peñón. Entonces tomábamos la vereda que asciende hata la cueva, para llegar a ella. Una vez que ibamos en ascenso hacia la cueva, de repente el Capulín reparó por algo que se movió entre sus patas, volteé hacia abajo y vi que una víbora de cascabel que se escondía entre las piedras a un lado de la vereda. Yo por precaución, hice que el cuaco diera media vuelta y empezamos a descender, al llegar al pie del peñón nos dirijimos a casa. Por cierto en esa cueva hay muchos murciélagos, por lo tanto el piso de la cueva está lleno de guano, o sea del excremento del murcielago que se utiliza como fertilizante en los ranchos de algodón.

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